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Decano Ignacio Covarrubias expuso en el ciclo “Preparando el futuro post-pandemia, aportes desde la Doctrina Social de la Iglesia” organizado por la U. Católica de Temuco

En el ciclo, académicos de universidades católicas de Chile, Italia y España expusieron en torno a conceptos como la dignidad, la solidaridad y la subsidiariedad. En su ponencia el doctor Covarrubias reflexionó sobre la noción de “bien común”.

Decano Ignacio Covarrubias expuso en el ciclo “Preparando el futuro post-pandemia, aportes desde la Doctrina Social de la Iglesia” organizado por la U. Católica de Temuco

Abordando las dificultades que se deben enfrentar a la hora de comprender el alcance de lo que el bien común supone –debido a que “más que una idea o un concepto abstracto, el bien común es una realidad práctica”–, el docente planteó al inicio de su exposición que la definición que dan las Constituciones u otros manuales de filosofía política “no pueden comprender y captar toda la realidad del bien común, que es mucho más que un conjunto de condiciones sociales, espirituales o materiales”. A juicio del docente, esto se debe a que “el bien común supone hablar de lo uno y de lo múltiple, de la continuidad entre lo personal y lo común. Algo muy difícil de captar en un mundo donde generalmente se habla del bien como un bien individual, muchas veces desprovisto del bien del resto”. Es decir, un mundo donde cada uno se preocupa de sus propios asuntos, resumió.

El académico planteó que las filosofías políticas contemporáneas se erigen sobre una disociación del bien común –ya sea poniendo el acento en lo colectivo o en lo individual– “sin tratar de comprender que estas categorías no son antitéticas, sino que de diálogo y unidad. El bien común supone una unidad entre lo personal y lo común (...) Asume que el bien propio es al mismo tiempo el bien de todos, es decir; lo que a mí me interesa debo tomarlo en un sentido que pueda ser participable y comunicable a todos”, explicó. Asimismo analizó las diferencias entre regirse por una “ética de la vida buena” y una “ética de los acuerdos prácticos”, abordando el cómo la forma de conducirse en la vida afecta la comprensión de conceptos como el bien común o la dignidad humana y cuáles son las condiciones que hacen posible el bien común, partiendo por la ausencia de indigencia como condición básica.

Hacia el final de su ponencia, el académico puntualizó que una vez cumplido ese piso material que permite buscar a cada uno el bien común, la dignidad humana “es clave para entender que el bien común es posible. Es posible, porque no somos una tropa de bandidos, aunque muchas veces actuemos como tales, pero podemos ser salvados y rehabilitados por la gracia y también por la virtud, entre las cuáles se encuentra una buena formación”, señaló. Finalmente el decano calificó de “reduccionista” la creencia de las filosofías políticas modernas de que la justicia y el bien común deben construirse exclusivamente a partir de instituciones, “como si el bien común sólo se tratara de un conjunto de condiciones que otros, algunas instituciones o el Estado, generan externamente a la persona. Esto es una gran deformación del bien común”, concluyó. Los invitamos a ver la ponencia completa en este enlace.

 


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Miércoles, 04 Noviembre 2020