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Destacada participación de alumnas de la Clínica Jurídica PYME en causa de arbitraje NIC Chile que enfrentó a pequeña botillería rural con gran empresa vitivinícola

La disputa se originó en torno a dominio registrado por una botillería de El Melozal. Frente a la demanda de revocación, la empresa familiar fue representada por las alumnas de la Clínica Jurídica PYME, Ximena Valdebenito y Ana María Puelpán.

Destacada participación de alumnas de la Clínica Jurídica PYME en causa de arbitraje NIC Chile que enfrentó a pequeña botillería rural con gran empresa vitivinícola

El Melozal es una pequeña localidad ubicada en la Región del Maule, catorce kilómetros al interior de San Javier. “Una tierra que destaca por su gran cantidad de viñedos y producción de vinos tanto industriales como artesanales”, señalan crónicas locales. El Melozal es también una botillería fundada en 1976 por doña Nelda Gutiérrez en el villorrio del mismo nombre. Un negocio familiar que en ya casi medio siglo, se ha convertido en “parte del patrimonio de nuestra ciudad, reconocida por todos y todas”, relata su fundadora.

“Es una PYME conocida y apreciada por la comuna de Constitución”, explica el profesor Marco Antonio Navarro, coordinador de la Clínica Jurídica PYME de la Universidad Finis Terrae, instancia a la que la empresa familiar acudió en busca de asesoría legal, luego de que bodegas y Viñedos Melozal S.A —una gran empresa vitivinícola de la zona, productora de vinos de alta calidad que son comercializados en los cinco continentes— presentó una demanda de revocación de dominio frente a NIC Chile, luego que la botillería estrenara un exitoso e-commerce utilizando el dominio en cuestión: elmelozal.cl 

El caso fue asignado al Equipo 5 de la Clínica PyME, donde la alumna María Violeta González fue la encargada de las primeras entrevistas con los patrocinados, y donde las alumnas de quinto año de derecho vespertino, Ximena Valdebenito y Ana María Puelpán, realizaron la investigación, trabajaron junto a los representados y prepararon y redactaron la presentación para el juicio de arbitraje, todo bajo la tutoría del abogado de la Clínica Jurídica Pyme, Matías Caviedes. Un trabajo de investigación que permitió acreditar la existencia de la botillería a través de documentación y testimonios de antiguos parroquianos.

La familia Lara Toledo, dueña de la botillería El Melozal.

Familia Lara Toledo, dueña de la botillería El Melozal

“Tomamos el caso tal cual como si fuese nuestro. Empatizamos completamente con el patrocinado, nos pusimos en su lugar y realizamos la contestación, buscando todos los recursos posibles para la defensa, para demostrar la buena fe de nuestro patrocinado, porque el desarrollo de su pequeño negocio de barrio no era perjudicar al revocante”, explica la Ingeniero de Ejecución en Geomensura y alumna de la Escuela de Derecho, Ximena Valdebenito.

“En la facultad siempre se nos han inculcado valores ético profesionales al momento de iniciar cada tarea asignada. Es importante destacar la enseñanza entregada por los diversos docentes, gracias a ello y la creatividad aplicada a este caso en particular se pudo obtener un resultado esperado”, explica a su vez la TENS en Odontología y alumna, Ana María Puelpán.

“Hemos obtenido una sentencia muy valiosa desde el punto de vista de la argumentación jurídica desarrollada por el juez árbitro, especialmente en el modo de entender los efectos del registro de marcas en las inscripciones de nombre de dominio en NIC Chile. Si bien es cierto, los derechos marcarios son un antecedente muy importante, no son siempre un elemento definitivo para decidir quién tiene el derecho preferente a utilizar un nombre de dominio. En este caso, la demandante tenía varios registros de marca que coincidían parcialmente con la denominación El Melozal, pero eso no fue suficiente para acreditar el mejor derecho al nombre de dominio, sino que el juez árbitro consideró otros aspectos como la antigüedad en el uso de la denominación y el tipo de productos comercializados. Es evidente que una botillería tradicional de una localidad rural no compite en el mismo nivel de una gran empresa vitivinícola”, explica el profesor Marco Antonio Navarro.

“En segundo lugar, este caso es destacable porque demuestra que la Clínica PyME presta un servicio jurídico de calidad a los patrocinados, también en casos difíciles, cumpliendo con el fin de colaborar en el acceso universal a la defensa jurídica y, al mismo tiempo, servir como medio de formación de los estudiantes de Derecho, donde pretendemos, además de entregar los contenidos jurídicos teóricos, formar en las habilidades y competencias necesarias para el ejercicio forense de los futuros abogados, con especial énfasis en la ética profesional”, resumió el académico.


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Miércoles, 16 Junio 2021