“Si bien es cierto que el Estado no debe –ni puede– suplir a la familia en la consecución de sus fines, el rol subsidiario cobra su mayor sentido cuando se enfatiza en su faz positiva: el Estado debe ayudar, asistir a las familias para que efectivamente cumplan sus fines. El fortalecimiento de la familia es el principal y más urgente desafío que enfrenta nuestra sociedad. Y, en medio del debate constitucional que vivimos y los cambios que se avecinan, no hay mejor aliado para realizar este desafío que el principio de subsidiariedad” concluyó el académico en Carta al Director que pueden leer en este enlace o a continuación.